La valija, o léase también bolso, que uno lleva con la ropa para las vacaciones está destinada a que no alcance sólo por tres remeras y un par de medias. En consecuencia, uno tiene dos opciones, volver a sacar todo y cambiar de bolso con el riesgo de que se desdoblen las prendas o empezar a comprimir la ropa a golpes y meter lo que falta a modo de bollito.
Como apéndice, si en las vacaciones uno aprovecha para comprar aún más cosas porque los negocios están de liquidación, a la hora de la vuelta el rearmado de la valija puede ser terrible. Casi siempre termina con un par de mochilas de mano de más y varias bolsitas con futuro a perderse por ahí.
Con esto, de más está decir que me fui a veranear. Salud.
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Como apéndice, si en las vacaciones uno aprovecha para comprar aún más cosas porque los negocios están de liquidación, a la hora de la vuelta el rearmado de la valija puede ser terrible. Casi siempre termina con un par de mochilas de mano de más y varias bolsitas con futuro a perderse por ahí.
Con esto, de más está decir que me fui a veranear. Salud.