Boliche-bondi
Anteayer a la mañana, camino a la facultad, me subí al bondi y vi que el chofer estaba dando saltitos arriba de su silla. Cuando me saqué los auriculares de la radio para pedirle el boleto entendí porqué. El tipo estaba escuchando la discografía de Madonna a lo que daba el volumen de su estéreo. Al ritmo de "Express yourself" marcaba los botones de 0.90 y 1 peso. Parecía extasiado, mientras que todos los pasajeros -me incluyo- teníamos la cara de muerte en vida característica de quien madrugó.
Para hacerlo más bizarro, a las cinco cuadras subió una legión de nenes de primario con sus mamás escandalizadas porque la música estaba muy fuerte y encima sonaba "Like a Virgin". No era para tanto, era la voz, no Madonna en bolas. Pero ellas estaban escandalizadas igual.
En cualquier otra ocasión, me hubiera causado mucha más gracia, pero a las 8 de la mañana, lo último que uno quiere es que le taladren la cabeza de esa forma. Todo mal.
El maravilloso 64
Hoy mientras volvía a casa, me pasó algo que me hizo acordar al post de Sol. Adelante, en diagonal tenía un nene que con todas sus fuerzas intentaba abrir la ventanilla. Como él no podía, lo quiso ayudar la mamá. Estaban los dos cual monos dandole con todo a la ventana hasta que se abrió un poquito.
Con esos dos, el colectivo que escupía gente y la mina que apoyaba su bolso arriba de mi cabeza, la verdad que estaba bastante fastidiada. La ventana se abrió del todo de repente y ahí me di cuenta del por qué tanta desesperación. El nene agarró y se vomitó el equivalente a cuatro platos de comida repletos, según la suciedad que había en los vidrios y en los techos de los autos aledaños.
En el medio, la flaca que me usaba de perchero me pisó el dedo chiquito del pie con su taco aguja y vi a mi amanerado (por no decir otra cosa) ex profesor de matemática en el colectivo de enfrente con su novio. Un circo en cuestión de dos minutos.
Encima, había tanto olor que preferí bajarme antes de devolverle el asqueroso favor al niño en su cara. Para qué. Me hice las quince cuadras hasta mi casa muriendome de frío.
En síntesis, no puedo esperar a que inauguren la línea H del subte.