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domingo, 27 de abril de 2008

¿Dónde está Wally?

Wally está en Canadá.


Para todos los que nacimos en la década del 80, uno de los pasatiempos que tuvimos en la infancia fue buscar a Wally. Pues bien, ahora pueden hacerlo pero en Google Earth.

Melanie Coles, estudiante de Arte y Diseño, creó un Wally gigante y lo puso sobre un techo de Vancouver para que la gente lo encuentre. La imagen tiene 15 metros de largo y fue hecha para su proyecto de graduación en el Instituto Emily Carr de la misma cuidad. Para este fin recurrió a la ayuda de amigos y además abrió un blog (Where On Earth Is Waldo?) donde publica el progreso de la construcción. En su último post, Melanie muy feliz, comenta que su trabajo fue aprobado y que, si bien, la presentación de los mismos se haría el 3 de mayo, su proyecto ya está dando vueltas en el mundo a través de internet.

Reconozco que ya pasé un rato largo frente a la compu buscando a Wally y no pude encontrarlo. A ver si alguien lo logra...
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lunes, 21 de abril de 2008

Mejor, mirá a los dos lados antes de cruzar

Después de idas y venidas, cambios de turnos y demás cuestiones, hoy fui a Roca a iniciar el trámite para sacar el registro (sí, recién ahora!). Quizás peque de boba por no saber cómo es todo esto. Pero igual voy a enumerar lo que fue este día.

Viaje en subte-premetro
El viaje en subte fue rápido, incluso me sobraba tiempo. Hasta que llegó el momento del premetro y su capacidad de hacer 20 cuadras en... media hora.

Una vez en Roca..
Finalizada la fila de unos 100 metros, pasé al mostrador y -papeleo mediante- fui a la primera puerta para que me saquen la foto, la firmita y la huella digital. Bien, todo muy lindo, a la segunda puerta: examen visual. No veía nada, adiviné los números. Yo no soy chicata, aunque uso anteojos para descansar la vista cuando leo. Esos números eran imposibles. Por favor. Puerta 3. Examen auditivo. Levante la mano según el lado que escuche el sonido. Escuché cuatro del lado derecho y después cuatro del izquierdo. No sé si era así de simplón, de ahorro de movimientos de mano o es que ahora también soy sorda.

El examen psicofísico
Puerta 4, hacer dibujitos ¿Sirve realmente de algo eso? Cuando entregué me preguntaron con quiénes vivía y ya. Capaz que estoy loca, psyco psyco, bugúgú y ellos no se dieron cuenta. A no ser que mis rombitos y curvas revelen el nivel psicótico de las personas..
Como sea, puerta 5. El físico propiamente dicho. Y dicho, pero no hecho. Entré al box y un gordito chicle del SAME me preguntó:
Gordito: ¿Casada o separada?
Yo: Em.. soltera
G: ¿Qué estudiás? (sí, otra vez)
Yo: Ciencias políticas y periodismo
G: ¿Y podés con las dos cosas?
Yo: Yyy.. ahí ando
G: ¿Vos querés salir en la tele?
Yo: Prefiero escribir.
G: Bueno, ya te podés ir.
¡¡¡Ese fue mi examen físico!!! Ahora resulta que también podía ser manca y tener una pata de palo.

Parte final
Entrega de papelerío, y por el mostrador amarillo te llaman y te dan el papel para que ya puedas rendir la prueba teórica. 15 minutos después de esperar y con unas 20 personas apiñadas alrededor del bendito mostrador amarillo, una mina pinta profesora de educación física que echaron por ser cruel con sus alumnas gritó mi apellido: "Uuuuuh, mirá ésta.. ¿dónde está la nenita ésta? Agustinita, entrega de menores ¡DE MENORES! Agustinita, ¿viniste acompañada de tu mamita?". Mi cara de orto y mi "acá, yo" bien amargo no alcanzaron para demostrar las ganas que tenía de patearle la cabeza a esa mujer.

De ahí me fui a rendir el teórico. Cinco minutos y ya estás, pero en un par mandé fruta y no sé si en la bocacalle se puede adelantar o no. Soy un peligro al volante. Terminé y me volví a mi casita. Y vivieron todos felices y comieron perdices ¿Fin? No, tengo que volver para dar el práctico... Por cierto, Macri, ¿qué esperás para sacar los carteles de Actitud Buenos Aires?
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viernes, 18 de abril de 2008

BAFICI: una de cortos y otra de franceses que cantan

Mi vida en estos últimos días fue facultad-BAFICI-facultad. Que no les extrañe, entonces, que vuelva a escribir sobre el festival de cine independiente.

El miércoles fui a ver la muestra de cortos argentinos, que se dio a sala llena y con la presencia de los actores y directores de los cortometrajes. Eso incluye a Celeste Cid, quien hizo el guión y dirigió una de las piezas más poéticas: Limbo. También fueron presentados otras seis cortos, que se caracterizaron por su simplicidad argumentativa, pero que eran -a su vez- complejos si se los miraba más entrelíneas. Ellos son La distancia entre las cosas, de Nicolás Zukerfeld, que transcurre en la esquina de Santa Fe y Scalabrini Ortiz; Feliz cumpleaños, de Matías Zanotto, una forma sutil de mostrar la soledad infantil; Invitados, de Francisco Pedemonte; Los mudos, de Pablo Chernov; Pablo y Victoria, de Tomás Binder; y Sorry, una especia de clip musical, de Gustavo Galuppo.


En general, me gustaron, pero -veáse como apostillas- me hubieran gustado más si no hubiese tenido a mi lado a un viejo olor a chivo que se dormía a cada rato, ni al zoológico de nenes actores con sus papis y amigos a los gritos cada vez que entraban en escena.

El viernes, fue el turno de La France, una película sobre un grupo de soldados de la Primera Guerra Mundial, a los que se les une una mujer disfrazada de hombre dispuesta a hacer lo que sea para encontrar a su esposo, al frente de otro pelotón. La perlita de La France es que estos soldados no son soldados comunes y corrientes, sino que -instrumentos improvisados mediante- entonan canciones pop, alegres y melancólicas al mismo tiempo. El film dirigido por el francés Serge Bozon es de los favoritos del festival.


La función del viernes tuvo como sorpresa la presencia de Bozon que respondió inquietudes del público. Pero la mayoría de las preguntas terminaron siendo elogios de viejas paquetas. Al lado mío justo tenía a dos viejas no solo paquetas sino que encima se dedicaron a: 1. babearse por el director y gritarle "sos hermoso" en francés 2. decir que la actriz era fea 3. decir que la actriz actuaba estupenda y maravillosamente, qué bien la eligió este lindo no me acuerdo el nombre, pero es perfecta para el papel 4. criticar a estudiantes de cine que visten ridículo 5. hablar durante toda la película.

Igual, tanto la muestra de cortos como La France me gustaron muchísimo, pero el domingo termina el BAFICI y me alegra, porque mi vida volverá a ser facultad-tiempo libre-facultad.

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martes, 15 de abril de 2008

BAFICI: Superman, Batichica y el director punk

El director de cine, David Markey, presentó su nueva película The Reinactors, el viernes pasado en una conferencia de prensa realizada dentro del marco de actividades del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI).

The Reinactors muestra la vida de las personas que se esconden detrás de los disfraces de Marilyn Monroe, Superman, Batman o Jack Sparrow; esa especie de "cultura de celebridades" compuesta por actores que llegaron a Hollywood con el sueño de convertirse famosos y sólo consiguieron calzarse la máscara de sus ídolos, o bien de aquel personaje que pudieran imitar, y sacarse fotos con traúsentes en los alrededores del Teatro Chino de esa ciudad.

La idea surgió cuando Markey vio en las noticias que un hombre vestido como Freddy Krueger había sido detenido por apuñalar a una persona. "Me causó gracia que los personajes cobraran vida y anduvieran atacando a la gente", afirmó.


El cineasta es un referente de las películas punk. Entre sus largometrajes figuran The Slog Movie y 1991 The Year Punk Broke, que incluye recitales de Nirvana y Sonic Youth. De hecho, para Markey, The Reinactors también entra en esta categoría: "En cierto sentido, los protagonistas toman a esos personajes y los hacen propios; sufren de delirios de grandeza, porque están convencidos de que algún día van a triunfar. Toda esa situación es muy punk y calza con el do it yourself", explica. Además, la charla se tituló We got power! en referencia a la productora de Markey y en honor al lema punk.


Para más información acerca de The Reinactors, lean el artículo "La calle de las futuras estrellas", escrito por Flor.
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sábado, 12 de abril de 2008

BAFICI: Al llegar las cartas de mamá

Intriga es quizás la mejor forma de describir a La Cifra Impar (1961), la película dirigida por Manuel Antín -basada en el cuento Las Cartas de Mamá, de Julio Cortázar- y que forma parte de la 10° edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI).

Cuando muere Nico (Sergio Renán), Laura (María Rosa Gallo) y Luis (Lautaro Murúa) tienen la oportunidad de reencauzar sus vidas juntos, lejos de las presiones familiares. Pero las cartas de mamá (Milagros de la Vega) siempre llegan para transportar a Luis al caserón de Flores, donde vivía con su fallecido hermano y del que huyó para evitar los recuerdos.


Una simple línea escrita por el puño de mamá define el rumbo de la historia: “Esta mañana Nico preguntó por ustedes”. A partir de ahí, se construye un juego sutil que entrelaza el pasado con el presente, un ida y vuelta constante entre Buenos Aires y París, los dos escenarios en que trascurre la película.

El desenlace no es predecible, pero desde el principio uno cree saber que es lo va a venir. Y el final, abierto, respeta el estilo de Cortázar, en el que no todo está dicho y, sin embargo, todo cierra perfectamente.

Para coronar esta pieza de culto del cine nacional, la música teje el clima de drama y orienta las sensaciones del espectador. El piano es la circunstancia. El violín marca el clímax. El silencio es lo que queda después.

Aquellas personas que se dicen amantes del cine argentino de antaño no pueden perderse esta magistral obra ni su gran cantidad de interpretaciones posibles.

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viernes, 11 de abril de 2008

Digamosle NO a la censura

Salí hoy de la facu a las 10 y, mientras bajaba las escaleras -rápido, desde luego, uno quiere volver a casa-, llegué a leer un afiche que decía "Sí al Observatorio de Medios, digamosle NO a la desinformación".

Ahora, no sé que pensarán ustedes, pero creo que hoy en día hablar de desinformación es tan relativo como hablar de objetividad en los medios. De más está aclarar que, por lo general, aquello que no aparece en la tele o en los diarios, casi que no existe para la mayoría de la gente. Y por supuesto que está mal, que es horrible y que hay muchas cosas que los medios callan.

Pero, a la vez, con la tecnología, internet -que permite el acceso a los blogs como forma alternativa de informarse o ponerse en contacto directo con los testimonios de personas de todas partes del país y del mundo- y la gran cantidad de canales de noticias y diarios que hay, el que actualmente está desinformado es porque no quiere ver las cosas o no le interesan.

Yo tampoco estoy de acuerdo con el monopolio de los grandes multimedios de la información. En cierta forma, constituyen un modo de censura implícito. Pero que la Presidenta -alias la Cristi- quiera controlar los contenidos de los medios, me parece una forma de censura mucho mayor, explícita y realmente temible.
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martes, 8 de abril de 2008

BAFICI: Para los amantes del cine

Desde hoy -y hasta el 20 de abril- se estará realizando la 10° edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI).

Nunca participé de este evento, pero como en TEA tenemos una materia que se llama Espectáculos, el profesor nos está haciendo vivir más o menos en el Abasto, la sede principal del BAFICI.



Para los estudiantes, llevando libreta universitaria o certificado de alumno regular, sale cuatro pesos. Por ende, aproveché lo barato y ya me saqué entrada para unas cuantas películas. Pronto habrá notas y reseñas en el blog. Sigue...

sábado, 5 de abril de 2008

Caer demasiado bajo

Hace un par de días vi en la tele una propaganda de la Presidencia de la Nación, en la que -literalmente- le daban con un palo al campo. Traté de buscarla en Youtube sin éxito, y hoy, finalmente la encontré en El Cronista Comercial.

Al igual que en los discursos de Cristina sobre el campo, el spot presenta ciertos errores. El más grave de todos, cuando el locutor habla de maíz, aparece el dibujo de una espiga de trigo.

Para ver el polémico video, junto con la nota, hagan click aquí.
No sé ustedes, pero me parece que todo esto ya es ser cizañeros.
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martes, 1 de abril de 2008

Los colores de la marcha

Las inmediaciones de la Plaza de Mayo ya anuncian el paisaje. Micros estacionados a lo largo y a lo ancho de las avenidas. Gente sentada en las veredas. Las calles, cubiertas de papeles. Sí a las retenciones. No a la oligarquía del campo. En apoyo de la Presidenta.

El clima, cuanto más cerca, más denso. Personas que salen de sus oficinas desfilan para un lado, mientras que una gran mayoría se acerca a la Casa Rosada.


Ya, enfrente de la Catedral, entre el millar de banderas y bombos, la gente -el pueblo- espera con ansías el discurso. El público va desde integrantes de diversos sindicatos, como Luz y Fuerza y los camioneros de Hugo Moyano, hasta turistas curiosos: "Vinimos para ver qué pasa en esta marcha, en Estados Unidos no hay cosas así", asegura una joven estudiante en un claro español. Un nene la empuja sin querer; corre hacia los de bandera verde. Ahí está su mamá, que no es la única. Está lleno de mujeres con cochecitos.

Los de bandera verde no saben por qué están ahí. No tienen ni idea a qué se debe la protesta, ni a qué agrupación responden. "Me prometieron que me iban a dar mercaderías", afirma Rosalía, que fue con sus nietos, un tanto avergonzada.

Hace silencio. El ruido de los tambores se detiene. Los parlantes y los presentes empiezan a entonar el Himno nacional. La V de la victoria está en cuanta mano se pueda distinguir entre la multitud. Los bombos vuelven al repique con el coro: "Oh, juremos con gloria morir".


Al lado de Rosalía, hay una señora mayor vestida de gaucho, que lleva un cartel. "Les sobra soja, les falta conciencia social", dice la inscripción. Ella sostiene que no forma parte de ninguna agrupación política, ni de ningún movimiento social. "Estoy acá para apoyar al Gobierno, nosotros lo votamos y lo vamos a ayudar para que siga", aclara.

Empiezan a tronar las palabras de Cristina. Algunos se quedan, y otros -con misión cumplida- se van. Los aplausos y vitores acompañan a todas las frases fuertes que pronuncia la Presidenta. El cielo, mientras tanto, amenaza con ahuyentar al público que la escucha. Veinte minutos después, cuando termina de hablar, sus seguidores abandonan la Plaza del mismo modo en que llegaron.

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