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jueves, 9 de julio de 2009

De gripes y gente loca

En estos días de tanta paranoia colectiva, un simple estornudo puede ser sinónimo de exclusión social.

Sin ir más lejos, casi todos los días arriba del bondi, camino al trabajo, me vi aislada por sonarme la nariz. Tenía ganas de gritarles: "¡Gente, tengo alergia (a los giles y al polvo)! ¡El smog del colectivo y ustedes me ponen así, no es porcina!". Pero, claro, no hubiera cambiado nada.
Además, se puede sacar cierto provecho al respecto, como toser de una forma fulminante -aunque finjida- para conseguir antes un lugar en el que sentarse.
La semana pasada, a la vuelta del trabajo en esta ocasión, subí a un bondi absolutamente repleto. Sólo había un asiento vacío, a pesar de la multitud de pie. Con el cansancio que tenía, le faltaba el halo de luz desde el cielo.
Era un asiento doble, así que le pedí permiso al hombre que estaba al lado del pasillo para pasar. Ahí se me cruzó que el tipo debía tener todas las toses infectosas del mundo unidas y que, por eso, más allá de ser el único espacio libre en un bondi lleno, la gente me miraba entre una mezcla de "Está loca" y ojos compasivos.
Por las dudas, abrí la ventanilla con el frío y todos los rulos al vuelo. Pero el hombre no tosió ni estornudo ni nada en ningún momento. Lo único que hizo fue pasarse todo el viaje hablando por teléfono a los gritos y gestualizaciones. Supuse que se estaba peleando con alguien a través del manos libres del celular porque cada dos segundos tiraba un insulto y agitaba las dos manos.
Cuando llegó el momento de bajarme, le pedí que me dejara pasar. Fue ahí que me di cuenta de que el hombre ¡no tenía absolutamente nada en sus orejas!
Sé que no soy la única -en estos tiempos modernos- a la que le cuesta distinguir si un hombre que habla solo por la calle está loco o usa el talk del teléfono, pero de ahí a viajar una hora al lado de un loquito hay un salto importante. Juro que temí por mi vida más que si viajaba con un engripado. Para la próxima, ya sé que tengo que estar atenta a los lugares vacíos...

Foto: Diario La Capital

7 comentarios:

Lucas dijo...

jajajajajajajajaja
Ahora antes de sentarse al lado de alguien hay que tomarle la temepratura, verificar que no tenga resfrío o la garganta roja y (según tu xperiencia) revisarle los oidos y hacerle un test psicológico!!!!
La sociedad se va al carajo!!! Me pasa como a vos, me sueno y la gente me mira con ganas de tirarme del subte. Dentro de poco van a empezar la inquisición contra los alérgicos!!!
Saludos!

MSR dijo...

Lo peor de los asientos vacíos es encontrarte con un lindo regalito abajo... Y en cuanto a la gripe, por dios, me tienen las cosas al platoo! Dejen la paranoiaaaaaaaaaaaa

Gonza dijo...

todos están paranoicos pero tampoco está bueno los que se les da por toser por todos lados sin taparse la boca. al menos, hay que cuidar esas formas.
para la próxima fijate bien donde te sentás!

PD: muy gráfica la frase "abrí la ventanilla con el frío y todos los rulos al vuelo" :)

Agus dijo...

lucas: silenciosamente creo que ya empezó! el otro día en el subte, había tres viejas tapadas con sus bufandas y se destapaban para decir: "somos las únicas así", "sí, están todos locos acá, se van a enfermar" jajaja

sol: como un vomitito, o un dibujito de porongui en el asiento?

amito: toda mi vida odié a la gente que me tose encima sin taparse, eso no es resabio de la paranoia gripe a

besos!

Horacio dijo...

lo peor son los locos que te quieren hablar a vos en el bondi y no te dejan leer tranquilo

los que hablan solos son más inofensivos

Agus dijo...

horacio: menos mal que no me habló.. con las puteadas que se mandó y lo psicótico, hubiera preferido saltar por la ventana!!!

Horacio dijo...

ah, vos estabas del lado de la ventanilla? en ese caso es una desventaja, porque hace más difícil la huida!!